creación colectiva y empoderamiento
Generar posibilidades a quien no las tiene es mi obsesión y mi activismo personal.
Creo fervientemente en el juego escénico para transformar situaciones vitales de conflicto y en el poder de las personas para reinventarse.
La creación colectiva nos permite renombrarnos en sociedad.
​
Conectar con aquello que nos mueve (nuestros deseos) y hacerlo real a través desde el juego escénico.
​
​
​
​
El deseo ha sido el motor de arranque y la caja detonadora para todas las creaciones que he llevado a cabo así como a los grupos que he guiado.
​
Sin deseo no hay dirección
​
Es un poderoso motor de cambio y transformación.
MI EXPERIENCIA
​
De formación anárquica y constante, la curiosidad me ha llevado a investigar
diferentes lenguajes escénicos creando el mío propio.
​
La única regla que he seguido siempre a rajatabla ha sido la de
ser fiel a mi intuición, pues me ha llevado a lugares fértiles a nivel creativo y guiado en el ámbito personal
​
En mis 20 años de experiencia he visto y compartido procesos increíbles con personas en contextos donde la sombra era tan grande que parecía imposible conectar con el deseo y la posibilidad de transformación.
​
He trabajado en prisiones, campos de refugiadxs, centros de menores, mujeres víctimas de la violencia machista, entre otros
colectivos.
CONECTAR CON EL DESEO
Vivimos rodeados de estímulos que nos indican qué es lo que tenemos que desear.
La publicidad constante, el algoritmo, la avalancha de imágenes de lo que deberíamos ser, tener o aspirar.
Por otra parte, el auge de terapias alternativas de todo tipo donde el éxito está asegurado si conectas con tu deseo.
¿Pero cuál es ese deseo?
​
En toda esta vorágine y avalancha de necesidades creadas,
¿es real lo que creemos desear o es un reflejo del éxito del otro?
​
En el caso de las mujeres, la invasión es mucho mayor.
La maternidad, la presión estética, los patrones de comportamiento heredados transgeneracionalmente y el gran temazo: el deseo sexual tan impregnado por el mandato patriarcal sobre lo que debemos o no desear.
​
El trabajo creativo nos permite conectar con nuestros deseos y hacerlos físicos mediante el juego.
Tomar conciencia de las posibilidades a nivel colectivo supone un ejercicio empoderador y transformador. El primer paso para pasar del subconsciente a la acción.
​
¿Te apuntas a entrenar tu deseo y capacidad transformadora?